"Hoy
es el Stop Ciberbullying Day, fecha mundialmente reconocida y que desde hace 7
años se celebra el tercer viernes de junio con el objetivo de promover la
concientización y la lucha contra el ciberbullying. Se trata de una iniciativa
que pretende animar a personas, empresas y organizaciones a mostrar su
compromiso hacia un entorno en línea verdaderamente inclusivo y diverso para
todos; sin temor a amenazas personales, hostigamiento o abuso. Por esta misma
razón, consideramos oportuno reflexionar acerca de esta problemática y el rol
que cumplen las escuelas y educadores frente a situaciones de violencia en
Internet, y además compartimos una serie de consideraciones que pueden ser de
utilidad al momento de abordar el tema en clase.
Hoy
en día, las redes sociales atraviesan el día a día de las personas, por lo que
gran parte de las agresiones que comienzan en el ámbito escolar terminan
publicándose en redes sociales. Las instituciones educativas tienden a
confundir el mundo digital con un mundo irreal o virtual en el que las
problemáticas no forman parte del alcance escolar o no tienen la debida importancia.
Sin embargo, a diferencia del bullying tradicional, el ciberbullying suele
tener un impacto mayor en las victimas que muchas veces es ignorado hasta que
es demasiado tarde.
En
Internet el bullying se potencia
El
primer paso es entender que en Internet todo se potencia. Una publicación llega
a cientos o miles de personas en cuestión de minutos y en poco tiempo todas
esas personas están hablando y opinando al respecto. El contenido agresivo
duele y daña mucho más, ya que al crecer la cantidad de gente que accede a una
publicación, pone me gusta, comparte y comenta, el impacto es mucho mayor.
Muchas personas comienzan a opinar y hablar del contenido publicado, y esto
puede causar serios trastornos si la publicación afecta a una persona. Por
último, una vez que el contenido se viralizó, es imposible detenerlo o
eliminarlo, por más que el agresor se arrepienta.
Por
otro lado, dada la inhibición que muchas veces prestan las pantallas y las
redes sociales debido al anonimato, muchos niños se atreven a decir y hacer
cosas en el mundo digital que no harían en el mundo físico.
En
este contexto y buscando fomentar acciones proactivas para trabajar temáticas
como el ciberbullying y agresiones en línea, proponemos cuatro pilares que toda
escuela y docente puede implementar para tratar esta problemática.
1.
Formar buenos ciudadanos digitales
Así
como el mundo digital es parte de la vida real, las reglas y modales que se
aplican en este son las mismas que ya conocemos en el mundo físico. Enseñar a
los niños respeto y normas de convivencia debería contemplar el ámbito de
Internet, por lo que la educación en este contexto debe considerar aspectos
relacionados al trato y la comunicación a través de medios digitales. Materias
como educación cívica o educación ciudadana deben transcender la frontera
física e incluir también los temas de ética, moral y respeto en el mundo
digital. Por otro lado, los ejercicios y actividades en equipo también son una
forma poderosa de hacer que los grupos se comporten de manera cohesiva. El
propósito de estas actividades es hacer que todos los miembros de la clase
trabajen juntos hacia un objetivo común, utilizando todas sus fortalezas
individuales y valorando las habilidades de cada persona para completar una
tarea. Actualmente, existen numerosas actividades que pueden descargarse de
Internet y que incluso pueden realizarse a través del dispositivo móvil.
2.
Concientización por encima de la prohibición
La
conciencia es poderosa. Cambia las percepciones sociales. En lugar de crear
pánico sobre el uso de la tecnología o difundir malentendidos, la conciencia
permite que surja una atmósfera positiva.
Muchas
escuelas prefieren prohibir el uso de tecnología, lo cual provoca un rechazo en
los estudiantes que a la larga puede derivar en que decidan esconder sus
teléfonos y utilizarlos sin que el docente lo perciba.
Los
jóvenes se identifican con la tecnología y la adaptan a su día a día. En este
sentido, es importante mostrar a los alumnos como pueden utilizar la tecnología
para el bien común, cómo compartir conocimiento o apoyarse mutuamente. Además,
al incorporar la tecnología en el aula, los profesores pueden centrarse en el
uso ético de la tecnología.
Dentro
del uso responsable, existen reglas que deben enseñarse explícitamente,
estableciendo políticas firmes. Las políticas sirven como una buena manera de
reducir la agresión verbal o digital y establecerla como un comportamiento
inaceptable.
3.
Solidaridad colectiva para reportar los casos de abuso
Según
un informe de la iniciativa Sefe2Tell, en el 81% de los casos de violencia
escolar un grupo de alumnos sabía acerca de la agresión, pero decidieron no
reportarlo. En la mayoría de estos casos, el silencio se debe principalmente al
miedo a ser la próxima víctima o al castigo por parte de los adultos. En estos
casos, los niños deben saber que no es la tecnología el problema, sino su uso
irresponsable. En este sentido, fomentar un diálogo fluido y un espacio de
escucha también contribuye a que los niños sepan a quien acudir ante casos de
violencia.
Por
otro lado, la violencia en línea puede, y debe, ser denunciada en las mismas
plataformas. Todas las redes sociales cuentan con la opción para denunciar
publicaciones, comentarios e inclusos perfiles que vulneren u hostiguen a una
persona. Esta es la única forma de eliminar contenido agresivo en las redes
sociales, ya que al acumular una serie de denuncias, la publicación o el perfil
son eliminados. Estas denuncias son completamente anónimas, por lo que no hay
temor a represalia. En este sentido, es importante enseñar a los más chicos
cómo hacer uso de esta opción y animarlos no solo a hablar con un adulto en
caso de una situación de hostigamiento, sino también a denunciarla en la
plataforma.
4.
Diálogo: la base de todo acompañamiento
Los
estudiantes necesitan saber a quién y dónde pueden acudir antes de que ocurra
un problema. En este sentido, la confianza es la clave para abrir el canal de
diálogo. Según una encuesta realizada por Argentina Cibersegura, en conjunto
con Digipadres, el 25% de los niños y jóvenes cree que sus mayores saben menos
que ellos de tecnología. Esta diferencia hace que sientan que sus problemas en
línea son menospreciados e incomprendidos. Lo que sucede en Internet es muy
serio para ellos, y no lo toman a la ligera. Su identidad digital es
esencialmente la misma para ellos que su persona física. Por lo que, si un
estudiante se acerca con un problema, el docente debe entender que es un
problema grave y encontrar los recursos para solucionarlo.
Es
importante recordar que tal vez los más jóvenes sepan mucho acerca del uso y
funcionamiento de la tecnología, pero los adultos definitivamente tienen mayor
experiencia de vida y entendimiento de los riesgos que pueden presentarse. En
este sentido, explorar temas como los riesgos tecnológicos, la seguridad en
Internet y el comportamiento en línea son clave para fomentar el diálogo. Así
como también es necesario para romper el silencio detrás del bullying y del
ciberbullying, hablando sobre los casos de ciberacoso y su resolución. En este
sentido, los maestros deben ser claros, empáticos y comunicarse abiertamente
con los estudiantes.
Por
último, entendiendo la comunicación digital como parte del pequeño mundo de
cada persona, podemos aplicar la siguiente reflexión de Eleanor Roosevelt, “Los
derechos humanos comienzan en lugares pequeños, cerca de casa, tan cerca y tan
pequeños que no se pueden ver en ningún mapa del mundo. Sin embargo, son el
mundo de la persona individual; el barrio en el que vive, la escuela a la que
asiste, el lugar donde trabaja. Estos son los lugares donde todos los hombres,
mujeres y niños buscan igualdad de justicia, igualdad de oportunidades, igual
dignidad sin discriminación. A menos que estos derechos tengan significado
allí, tienen poco significado en cualquier parte. Sin una acción ciudadana
concertada para defenderlos cerca de casa, buscaremos en vano el progreso en el
mundo más grande”."
Pd. Lo copiamos completo, para disponer de la información, por cuanto eventualmente borran la publicación del sitio y se pierde la referencia.